Las principales ciudades de los países primer mundistas se han impuesto un reto para antes de que finalice esta década y muchas apuestan por ser más conscientes con el medio ambiente. La preocupación por revertir los estragos del calentamiento global como parte de un plan de desarrollo sustentable cada vez es más tangible, y Barcelona no es la excepción.
Barcelona aprobó el Plan Contra la Contaminación del Aire
Diversas ciudades del mundo se han trazado la meta de prohibir la circulación de vehículos en las zonas más neurálgicas de ciertas urbes. Este plan, que ya se ha puesto en marcha en Noruega, por ejemplo, tiene como principal objetivo promover el uso de medios de transporte más saludables y acordes con la sustentabilidad.
Atenas ha implementado la norma de restringir la circulación de ciertos vehículos cuando la calidad del aire es negativa, Hamburgo está enfocado en la tarea de conectar la mayor cantidad de áreas verdes para promover los traslados a pie o mediante bicicletas, Madrid desea liberar la Gran Vía de vehículos privados para el 2019 y en Oslo ya hay planes de financiamiento para adquirir bicicletas eléctricas.
Barcelona se suma a ideas parecidas con la aprobación del Plan Contra la Contaminación del Aire. más de cincuenta medidas integran este proyecto y una de ellas consiste en restringir la circulación de los automóviles más contaminantes para el año 2019. comenta Armando Iachini.
El Departamento de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona se encuentra detrás de esta normativa, por lo que antes de que finalice esta década, los vehículos correspondientes al año 1994 en adelante, tendrán circulación restringida en la ciudad condal.
Los vehículos correspondientes al año 1994 en adelante, tendrán circulación restringida en la ciudad condal.
Mientras se preparan para afrontar esta medida, que entra en rigor a partir del primero de enero del 2019, en Barcelona se encuentran ya desarrollando planes de acción y campañas de concienciación entre sus habitantes, como la creación de una tarjeta verde metropolitana para el transporte público o la renovación del parque automotor para vehículos de bajas emisiones.
Por Armando Iachini
