Yamaro inicia su desarrollo en Venezuela como una empresa subcontratista.
Empresa que firmaba contratos para realizar una parte o la totalidad de las obligaciones del contrato de un tercero y concretar un proyecto general, costeada por los servicios prestados por el contratista.
Así, se relaciona un subcontratista, en obras de construcción y de la ingeniería civil, con una amplia gama de servicios, en la actualidad, por ejemplo con la operación en los sectores de tecnología de la información y de los sectores de negocios de información.
Además, contratar a subcontratistas tiene la ventaja de una significativa reducción de costos e inclusive de riesgos inherentes a todo proyecto. Y, aún, los subcontratistas ofrecen una especialización en determinadas aéreas según sus habilidades que complementa la inversión del contratista.
De allí que el contratista general o también denominado de contratista primario o aún conocido como contratista principal recibe una serie de servicios especializados que reducen los costos de sus proyectos y por su lado el subcontratista obtiene la rentabilidad deseada sin invertir capital.
Así se concluye que esta relación de contratista con el subcontratista y viceversa es una relación de reciprocidad, donde ganan ambas partes interesadas, una relación ventajosa entre Italia y Venezuela, entre el viejo y el nuevo mundo.
Reciprocidad, en este caso especifico que corresponde al intercambio de bienes y trabajo que se da entre el contratista y subcontratista, forma usada en situaciones que se prescinde del mercado, es decir de la compra-venta, donde lo necesario es el capital a cambio de los servicios.
Así se inició Yamaro construcciones asumiendo un compromiso para prestar un servicio especializado contractualmente con el compromiso de realizar determinadas partes o instalaciones de una obra, a saber: movimiento de tierras, estructuras, albañilería, instalaciones de aire acondicionado, fontanería, pavimentación, jardinería, entre muchas otras, comprometiéndose seguir el proyecto ordenado y diseñado por el contratista.
Esta fue su dinámica laboral hasta que atesoro el capital suficiente para ser el empresario principal, el contratista de sus obras de construcción y ganar el prestigio del que goza en la actualidad.
