Construcciones Yamaro ha tenido una gran implicación en lo que se refiere a la construcción de grandes obras en nuestro país, Venezuela. Y es que a lo largo de los más de 46 años que tiene la empresa dedicada al trabajo en el sector construcción, ha contribuido con el desarrollo del país con sus diferentes proyectos, que han permitido conectar diferentes poblaciones de este país suramericano.
Pero su contribución no ha sido solo en lo referente a las carreteras. Recientemente pudimos disfrutar de la procesión de la Divina Pastora, momento que sirve para demostrar con fervor el agradecimiento que sienten los venezolanos por la patrona larense.
Pues bien, el monumento mariano más grande del país, que sirve como símbolo de la ciudad de Barquisimeto y simboliza la Fe de los venezolanos es el Monumento Manto de María. Esta gran construcción fue ejecutada por un consorcio conformado por dos empresas, Constructora Tevial y Construcciones Yamaro, además, fue dirigida por Miguel Sportiello, Armando Iachini y Fiorindo Marozzi.
Además de convertirse en un proyecto de gran tamaño y en una excelente demostración del nivel que alcanza la ingeniería en Venezuela, esta imponente obra es un punto turístico de referencia para nuestro país, aportando muchos beneficios adicionales, derivados del turismo.
Armando Iachini destaco que “nuestras empresas pusieron un sello nacional en esta monumental obra”.
Por otro lado, es importante destacar la utilidad que tienen los proyectos de ingeniería, pues obras como el Monumento Manto de María, son aprovechables por toda la población venezolana, y sirven de ejemplo de lo que se puede lograr cuando todas las partes involucradas avanzan en pro de un mismo objetivo.
Entre otras obras que también ha ejecutado Construcciones Yamaro en territorio nacional tenemos:
- Autopista Acarigua-Barquisimeto.
- Autopista José Antonio Páez.
- TransAnzoátegui y TransLara.
- Autopista Clarines-Píritu.
- Terminación de la Circunvalación Norte de Barquisimeto.
- Autopista Cantaura-El Tigre.
- Autopista Gran Mariscal de Ayacucho.
Por Armando Iachini
